Este fin de semana estuve en Asturias.
Fuimos invitados por unos amigos a su casa. Una casa preciosa, a los pies del Naranco. El jardín estaba impresionante. Las hortensias y la buganvilla daban ese color amable que tienen las casas asturianas.
Siempre que voy a Asturias, me impresiona el color verde de su paisaje, mezclado con ese olor a tierra húmeda y el colorido de sus flores. Las hortensias de Asturias son únicas. Siguen ahí, a pesar del tiempo, con esas hojas verdes enormes. Parece que es el único lugar del mundo donde la flor no se marchita. Siempre están frondosas.
El interior de la casa no defraudaba. Todo decorado con exquisito gusto, manteniendo algunos de los muebles antiguos de la familia. Daba la impresión de haber retrocedido en el tiempo. Me recordaba a los veraneos de niña. Cuando nos reuníamos toda los primos en la casa de los abuelos. Y pasábamos las tardes lluviosas en la cocina, haciendo rosquillas y empanadas de manzana para merendar.
A pesar del calor que hacía ese día, la casa estaba muy fresquita. Tenían instalados unos equipos Hybrid Eco, que a diferencia de los aires acondicionados, funcionan moviendo el aire, como si se tratara de un ventilador. Con lo que la sensación de frescor inunda toda la habitación sin sentir el frío incomodo de los aires acondicionados. Además no hacían nada de ruido. Los equipos perfectos para ese clima.
Un fin de semana perfecto.
Eco Hybrid con Dual-Kherr de acabado Roble oscuro